Después de la Restauración Meiji, con la promulgación del Edicto de Prohibición de las Espadas (Haitōrei), las artes marciales en general entraron en un rápido declive. Los valores de la sociedad se occidentalizaron completamente, y disciplinas como el kenjutsu fueron consideradas reliquias innecesarias de la era feudal.
En ese contexto, uno de los maestros que se levantó para salvar a los samurái empobrecidos y preservar las técnicas en peligro de extinción fue Sakakibara Kenkichi (榊原鍵吉) de la Jikishinkage-ryū (直心影流). Inspirado por los espectáculos de sumo, organizó el "Gekiken Kōgyō" (撃剣興行), o exhibiciones de esgrima, que ganaron popularidad. Sin embargo, esto no fue una solución definitiva, y el kenjutsu parecía destinado a seguir en declive.
Gekiken (撃剣), que se traduce literalmente como "esgrima de combate" o "combate de espadas", fue una modalidad de entrenamiento y competencia con espadas que surgió en Japón durante el período Edo pero que cobró especial relevancia en la era Meiji.
A diferencia de las prácticas tradicionales de kenjutsu (剣術), que se centraban en técnicas formales y kata, el gekiken permitía el combate libre entre practicantes, utilizando shinai (espadas de bambú) y bōgu (armadura protectora). Este enfoque fomentaba un tipo de enfrentamiento más dinámico y seguro.
No obstante, en el décimo año de Meiji (1877), estalló la Guerra Satsuma, en la cual las tropas del gobierno tuvieron problemas para enfrentar a los samuráis de Kagoshima que empuñaban espadas. En respuesta, la Policía Metropolitana de Tokio formó una unidad especial de espadachines, el "Keishichō Battōtai" (警視庁抜刀隊), compuesta por samuráis expertos en kenjutsu, quienes lograron contrarrestar a los samuráis de Satsuma. Este éxito volvió a poner de relieve la importancia del kenjutsu.
Más adelante, con las guerras Chino-Japonesa y Ruso-Japonesa, surgió un fuerte nacionalismo, y comenzaron los esfuerzos para unificar las artes marciales japonesas, que hasta entonces existían de manera aislada en cada dōjō o región, como un aspecto de la cultura nacional. Como resultado, el 17 de Abril de 1895 (Meiji 28) se fundó el Dai Nihon Butoku Kai (大日本武徳会) como la organización central para las artes marciales. El kenjutsu pasó de ser simplemente una "técnica" (jutsu) a ser visto como un "camino" (dō) que contribuía a la formación del carácter humano, y el término "kendō" (剣道) comenzó a usarse para reflejar esta nueva perspectiva.
En este contexto, la Policía Metropolitana y el Butoku Kai estandarizaron las técnicas de kenjutsu que variaban según la escuela, estableciendo reglas y técnicas universales para el shinai-geiko (competencia con espada de bambú). Aunque el origen del shinai-geiko se remonta a las prácticas de dōjō desde mediados del período Edo, la estructura del kendō moderno se formó en esta época.
El Butoku Kai, aunque promovía la preservación de las artes marciales tradicionales, también fomentó la difusión y unificación del kendō, sentando las bases del kendō moderno. Sin embargo, antes de la Segunda Guerra Mundial, muchos practicantes de kendō se identificaban con el nombre de su escuela al competir, y se esforzaban por mantener las técnicas de su estilo mientras convivían con otras escuelas a través del kendō.

En la década de 1890, comenzaron a surgir clubes de kendō en universidades como la Universidad Imperial de Tokio y la Universidad Keio, lo que contribuyó a la expansión del kendō como actividad de equipo. La mentalidad estudiantil de libertad e igualdad condujo al desarrollo de un sistema de arbitraje similar al actual, y se adoptó un enfoque más deportivo, diferente del estricto kenjutsu de dōjō, lo cual ayudó a popularizar el kendō.
En 1912, el Butoku Kai estableció el "Dai Nihon Teikoku Kendō Kata" (大日本帝国剣道形), y el kendō fue introducido en el sistema educativo como parte de la educación física. Concretamente en julio de 1911, el Ministerio de Educación decidió añadir el judo y el kendo a las materias de la escuela secundaria. A partir de la era Shōwa, el kendō se desarrolló enormemente, convirtiéndose en un tipo de competición nacional tan popular como el béisbol.
Sin embargo, con el inicio de la Guerra del Pacífico, las artes marciales se utilizaron como parte de la educación militar, y el Butoku Kai se convirtió en una institución gubernamental, cerrando su historia con el fin de la guerra.
Después de la guerra, durante la ocupación de Japón se prohibió, entre otras, la práctica del kendō en el sistema educativo, llevando nuevamente a las artes marciales a un periodo de declive. El kendō, en particular, recibió fuertes críticas por las fuerzas de ocupación y no fue sino hasta 1950, bajo el nombre de "shinai kyōgi" (撓競技), que se permitió su práctica nuevamente. Sin embargo, el kendō en su forma completa no fue restaurado hasta después del Tratado de Paz de San Francisco en 1953. En el periodo de posguerra, el kendō resurgió como un deporte democrático, distanciándose de la mentalidad de las artes marciales de antes de la guerra. Y como resultado, ciertos aspectos marciales fueron limitados.